La salsa de miel y mostaza es ideal para ensaladas. Ese toque dulzón de la miel, con el sabor tan característico de la mostaza, junto con la melosidad que nos proporciona la mayonesa, la salsa base que utilizaremos, es perfecta para muchos platos…. se puede utilizar como aderezo de ensaladas, o como dip para mojar crudités, patatas fritas, aros de cebolla… e incluso para untar el pan antes de hacer un bocadillo o sándwich, la combinación del intenso sabor de la salsa de mostaza con la dulzura de la miel es una delicia.
La elaboración básica de la salsa de mostaza y miel es combinar a partes iguales los dos ingredientes, pero esto puede cambiar al gusto del consumidor, nosotros por ejemplo ponemos menor proporción de miel que de mostaza, nos gusta que predomine la mostaza y que la miel aporte su suavidad y dulzor.
Si se quiere una salsa más suave, es mejor que la mostaza sea sin las semillas. Conviene seleccionar una miel que no sea muy fuerte, por ejemplo la miel de azahar, de romero o de mil flores, y siempre, siempre que sea posible, que sea miel pura y miel nacional, y mejor aún si es ecológica.
INGREDIENTES:
-200 g de mayonesa (huevo, aceite y sal)
-2 cucharadas de miel
-1 cucharada de mostaza de dijón
-1 cucharadita de mostaza antigua (opcional)
-1 chorrito de limón
1) Primero haremos la mayonesa. En este caso, como la salsa será de miel y mostaza, la vamos a hacer en exclusiva de aceite de girasol, porque no queremos que el aceite de sabor al final. Ya sabéis que hay que batir un huevo junto con el aceite (éste se añade poco a poco), y además un poco de sal.
2) Añadimos la miel y la mostaza, y el chorrito de limón. Podéis variar las cantidades siempre a vuestro gusto. Volvemos a mezclar bien y ya tendremos la salsa. Si nos queda espesa podemos añadir un poquito de agua. Servirla fría o templada.
OPCIONES: Puedes sustituir la mayonesa por salsa inglesa, queso fresco batido o yogur, y añadir otros ingredientes aromatizantes como guindilla, mermelada de cebolla, zumo de naranja, jengibre, canela, romero…
CONSERVACIÓN: La salsa de miel y mostaza la podéis conservar como si de una mayonesa se tratase. En la nevera, bien tapadas y como mucho unos tres días. Lo mejor es que hagáis la cantidad justa que vayáis a consumir.