
El anhelo a favor de una mayor calidad de vida propició, a principios de los años 70, la aparición de los movimientos y grupos ecologistas y las organizaciones de consumidores.
Los ecologistas trajeron las primeras campañas clásicas, como la sensibilización y educación a favor del reciclado de metal, vidrio, papel y plástico (Friends of the Earth, 1971), las consignas como “Piensa global, actúa local” (The future on our hands, 1976) o las acciones directas de Greenpeace (desde 1969); son ejemplos de tres actividades pioneras.
Desde entonces, la experiencia muestra que este tipo de cambios son lentos. Además, esas iniciativas se enfrentan a empresas y grupos de presión poderosos y bien organizados…

Por su parte, las organizaciones de consumidores muestran una enorme variedad de planteamientos y resultados, que aumentan si se comparan entre países, debido a las diferencias culturales existentes.
Por eso la regulación de productos ecológicos es diferente en cada país. En el momento de establecer unos criterios para garantizar los alimentos y productos obtenidos sin químicos o venenos nocivos, cada país reguló unas normas y unos nombres distintos.
Lo mismo en el caso de los productos menos agresivos para el medio ambiente.
El resultado es varios nombres y etiquetas diferentes, con alguna contraindicación añadida. Y con el intrusismo de fabricantes sin escrúpulos que han aprovechado la idea para crear sus propias etiquetas, y avalar así productos convencionales.
Por suerte en todos los países se tiende a unificar criterios, si bien para nombrar los productos naturales existen palabras diferentes que significan lo mismo, o algo muy parecido.
ORGÁNICO

En el mundo anglosajón es como se conoce en agricultura ecológica a los alimentos libres de pesticidas y química nociva. Por extensión, se viene traduciendo así en bastantes países latinoamericanos.
BIOLÓGICO

Es lo mismo, pero aplicado en Francia y algunas otras zonas de Europa. Al tratarse de una palabra de uso general, algunos fabricantes la utilizan como eslogan o marca de algunos de sus productos de forma abusiva.
ECOLÓGICO

En España, durante el proceso de regulación oficial de los avales a la agricultura sin química nociva, se consideró que el vocablo “ecológico” era más completo, al reunir en una única palabra todas las tendencias existentes (como ”biológico” y “biodinámico”, por ejemplo). Cada comunidad autonómica su consejo regulador, y en las etiquetas podemos ver de cuál de ellos procede el producto ecológico.
BIODINÁMICO

La denominación de “Cultivo Biodinámico” o “Producto Biodinámico” corresponde a los productos procedentes de la agricultura “orgánica” o “biológica”, en las que además se han seguido los criterios de la antroposofía, la ciencia espiritual desarrollada por Rudolf Steiner que tiene en cuenta, por ejemplo, los ciclos lunares, o abonos como polvo de roca y otras sustancias minerales. El logotipo que lo identifica es “Demeter”.